Las chimeneas deben de estar limpias antes de que llegue el invierno para que funcionen correctamente y evitar cualquier problema relacionado con la conducción del humo.
Las chimeneas deben limpiarse cuando se deje de utilizar porque ya ha llegado el buen tiempo. En el caso de que no se limpiara en su momento, se deberá de limpiar antes de empiece a utilizarla de nuevo. También es importante limpiar el tiro de la chimenea y que un profesional lo inspeccione una vez al año.
Limpiar las chimeneas, utilizando los métodos más actuales, es una tarea sencilla, limpia y muy efectiva. La combustión de las materia primas, ya sea solida (leña, pellets, carbón, etc.) líquida (hidrocarburos, gasóleo) o gaseosa (butano, propano, etc) genera residuos y suciedad que afectan tanto a la chimenea como al conducto de evacuación.
Las chimeneas se deben limpiar para evitar incendios, ya que la acumulación de residuos es bastante inflamable y se puede producir un incendio en toda la vivienda; y para evitar intoxicaciones. Un conducto demasiado sucio u obstruido impide que los gases de combustión puedan evacuarse correctamente, convirtiéndose en un peligro para la salud. Además, un conducto sucio imposibilita el buen funcionamiento de la chimenea y supone una notable pérdida de su rendimiento.
Lo ideal es limpiar la chimenea una vez al año y utilizar los productos recomendados de mantenimiento durante la temporada de uso. Si utilizamos la chimenea de manera esporádica, los fines de semana o sólo cuando hace mucho frío, será suficiente limpiarla una vez cada dos inviernos. No se debe de exceder por más tiempo los períodos de limpieza, no es bueno para su salud ni para el medio ambiente.