Los propietarios de chimeneas y estufas de leña, son verdaderos defensores del medio ambiente
Quien calienta con leña su hogar a través de estufas o chimeneas está realizando una contribución valiosa a la protección medioambiental. La leña es un recurso energético especialmente ecológico, pues procede sobre todo de bosques locales. La mayoría de veces se usa la madera quebrada por el viento, que existe de todos modos, o la necesaria poda de conservación. Lo único que necesita es ser troceada a un tamaño apto para chimeneas y ser secada. No hay largos desplazamientos para su transporte ni la costosa transformación industrial, como ocurre con el petróleo y el gas. Además de este modo se favorecen los ciclos económicos regionales.
Obtener calor a través de la madera está en armonía con la naturaleza. Durante la vida de un árbol, éste extrae dióxido de carbono del medio ambiente y lo almacena en la madera. Durante la combustión, se libera de nuevo la misma cantidad almacenada de dióxido de carbono que se libera en la descomposición natural del árbol. Por cada cosecha maderera en el centro de Europa se vuelven a plantar árboles, por lo que este @comercio de emisiones” natural siempre está en equilibrio.
La madera es por lo tanto el combustible renovable ideal, ya que está disponible prácticamente sin limitaciones y se quema con un balance completamente neutral en cuanto al CO2. Además con una chimenea o estufa con cristal protector vitrocerámico, podrás disfrutar de un calor agradable y del fascinante juego de las llamas.